La Palabra de Dios
Salmos 1:1-3
El justo y los pecadores
1 Bienaventurado el hombre
que no anda en compañía de malvados,
ni se detiene a hablar con pecadores,
ni se sienta a conversar con blasfemos.
2 Que, por el contrario,
se deleita en la ley del Señor,
y día y noche medita en ella.
3 Ese hombre es como un árbol
plantado junto a los arroyos:
llegado el momento da su fruto,
y sus hojas no se marchitan.
¡En todo lo que hace, prospera.
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El justo y los pecadores
1 Bienaventurado el hombre
que no anda en compañía de malvados,
ni se detiene a hablar con pecadores,
ni se sienta a conversar con blasfemos.
2 Que, por el contrario,
se deleita en la ley del Señor,
y día y noche medita en ella.
3 Ese hombre es como un árbol
plantado junto a los arroyos:
llegado el momento da su fruto,
y sus hojas no se marchitan.
¡En todo lo que hace, prospera.
Sin raíces fuertes, un árbol no va a crecer y producir frutos. Las raíces profundas son una fuente de sustento y un ancla en las tormentas. Tienes que estar fuertemente arraigada en Dios por las mismas razones. Así que, ¿cómo se desarrollan las raíces? Absorber la Palabra de Dios todos los días.
Como la vida se vuelve más activo, esto puede requerir la creatividad.Durante la práctica de fútbol de su hijo, memorizar versículos de la Biblia que mantienen en las tarjetas en su cartera. Use su hora de almuerzo para leer la Biblia. Escuche la Biblia en CD mientras conduce. Puedes buscar cualquier oportunidad para disfrutar de verdad de Dios y bajar esas raíces.
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